Un tema que ha sido objeto de debate y reflexión a lo largo de los años es la representación de la muerte en escenarios de simulación.
La inclusión de casos clínicos que involucran pacientes fallecidos ha generado discusiones y desafíos considerables: los que abogan a su favor, los que nunca permiten la muerte en los escenarios -a no ser que hablar sobre la muerte sea el objetivo educativo-. Los que a veces lo permiten, a veces no.
En este artículo, exploraremos cómo la muerte en los escenarios de simulación puede contribuir a la formación y la evaluación de futuros profesionales.
Ventajas de la muerte en simulaciones
La muerte en escenarios de simulación, ofrece a los estudiantes una oportunidad segura y valiosa para aprender a cuidar de pacientes en estado terminal.
Algunas de las ventajas clave de incorporar la muerte en escenarios de simulación incluyen:
- Aprendizaje sin riesgos: La simulación permite que los estudiantes observen y experimenten las consecuencias de sus acciones o inacciones sin poner en peligro a pacientes reales. Esto brinda la oportunidad de cometer errores y aprender de ellos de manera segura.
- Identificación de patrones: La repetición de experiencias a lo largo del plan de estudios de simulación ayuda a los estudiantes a identificar patrones de resultados esperados o adversos. Esto contribuye a su capacidad para tomar decisiones informadas en situaciones clínicas reales.
- Desarrollo de habilidades de comunicación: La representación de la muerte en escenarios de simulación también permite a los estudiantes practicar habilidades de comunicación sensibles y empáticas con pacientes y familias en momentos difíciles.
Tipos de muerte simulada
Para comprender completamente el impacto de la representación de la muerte en la simulación en salud, es importante considerar los diferentes tipos de muerte que se pueden simular y sus objetivos educativos:
- Muerte Esperada (Planificada): En esta modalidad, se planifica y prepara a los estudiantes para una experiencia simulada de muerte. Este enfoque no requiere una crisis, sino que sigue la progresión natural de una enfermedad, como en un escenario de cuidados paliativos. Permite a los estudiantes explorar el proceso de acompañamiento al paciente y la toma de decisiones éticas relacionadas con el final de la vida.
- Muerte Inesperada: Esta modalidad busca sorprender a los estudiantes al simular una muerte que resulta de una crisis durante la evolución normal de la condición del paciente. Los estudiantes preparados para esta experiencia pueden haber aprendido sobre posibles complicaciones durante su preparación. Ejemplos de muertes inesperadas en el laboratorio de simulación incluyen el síndrome de distrés respiratorio agudo después de un accidente automovilístico con lesiones torácicas y un infarto agudo de miocardio que resulta en una arritmia letal. Esta modalidad enfatiza la adaptabilidad y la toma de decisiones rápidas.
- Muerte como Resultado de Acción o Inacción: Algunos facilitadores creen que los estudiantes deben comprender las consecuencias de acciones inapropiadas o la falta de atención en el momento oportuno. En esta modalidad, se simulan muertes como resultado de acciones o inacciones de los alumnos, como una sobredosis de medicación o la incapacidad de reconocer un empeoramiento en la condición del paciente.
Esta claro que la muerte inesperada genera más angustia y trauma psicológico que la muerte esperada.
El Debate sobre la representación de la muerte
La inclusión de la muerte en simulación en salud ha generado discusiones apasionadas y diversas perspectivas.
Algunos docentes argumentan a favor de su importancia, mientras que otros plantean preocupaciones sobre posibles efectos psicológicos en los estudiantes.
Es esencial considerar ambas perspectivas y encontrar un equilibrio que sea apropiado para la población de alumnos y sobretodo, los objetivos educativos.
No existe una directriz definitiva en cuanto a si la simulación de la muerte de un paciente, incluyendo la respuesta a un paciente en paro y las maniobras de rcp, debe ser un componente de la educación en salud y, en caso afirmativo, cuándo, en que momento de la formación de estudiantes de medicina, de enfermería, debería introducirse.
Por ejemplo, Brupacher et al. proponen la inclusión de la muerte en escenarios de simulación solo en etapas avanzadas de formación, destacando la alta carga emocional y el estrés asociados que pueden surgir en estos tipos de escenarios.
Otro autor y su grupo de trabajo, resumió que los estudiantes experimentan estrés durante el entrenamiento en escenarios de simulación dmuerte, pero sin resultados negativos para los estudiantes.
¿Puede el aprendizaje ocurrir cuando no hay repercusiones negativas y siempre se presenta un desenlace ideal? ¿Es posible que los facilitadores conserven la integridad psicológica de sus alumnos al enfrentarlos a ellos a la muerte?
Los beneficios de trabajar la muerte en simulación
Entre las ventajas de “matar al simulador” distintos autores citan:
- Proporciona valiosas experiencias de aprendizaje que no estarían disponibles en entornos clínicos habituales
- Posibilita el aprender en un entorno seguro
- Permite reflexionar sobre los sentimientos personales acerca de la muerte
- Disminuye el miedo, la ansiedad y el sentimiento de incapacidad de los alumnos.
Con respecto al lado negativo:
- Posibilidad de que algunos instructores utilicen la simulación como una herramienta de castigo en lugar de un medio educativo.
- Falta de un pre-briefing adecuado para ayudar a los estudiantes a lidiar con las emociones desencadenadas por una muerte en un escenario de simulación.
- Angustia emocional experimentada por un porcentaje significativo de personas durante una muerte simulada inesperada
Reflexiones sobre la muerte en simulación
El debate sobre la muerte en simulación continúa evolucionando, y no existe una respuesta definitiva.
Aunque ofrece beneficios educativos, también plantea preocupaciones psicológicas y requiere un enfoque cuidadoso, especialmente en el proceso de debriefing. La investigación continua busca arrojar luz sobre estos aspectos y guiar las mejores prácticas en la simulación médica.
La clave es centrarse en la formación efectiva y centrada en el paciente, evaluando a los estudiantes de manera cuidadosa, estableciendo expectativas realistas y garantizando su bienestar emocional.
La simulación centrada en el paciente sigue siendo una herramienta invaluable para preparar a los futuros profesionales de la salud para situaciones clínicas complejas y para fomentar una cultura de seguridad y responsabilidad en la atención médica.
Existe un consenso general en que la muerte es una realidad en el campo de la medicina.
Es crucial preparar a nuestros estudiantes para abordarla desde una perspectiva tanto clínica como emocional. Creemos que la inclusión de la muerte en la simulación debe adaptarse cuidadosamente según la población estudiantil y los objetivos del curso.
La respuesta no puede limitarse a evitar completamente este tema serio. Sin embargo, también es cierto que la muerte debe ser reconocida como un evento de gran trascendencia, especialmente para los estudiantes en sus primeros años, ya que puede dejar una profunda impresión. Todos hemos tenido sueños angustiosos en los que intentamos salvar a un paciente, pero no lo logramos o no pudimos hacerlo.
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