Al feedback o retroalimentación lo consideramos la piedra angular en el desarrollo y perfeccionamiento de los profesionales.
A pesar de su importancia crucial para el crecimiento, sigue siendo un proceso difícil de dominar. Incontables libros y artículos destacan su relevancia, y se han desarrollado diversas herramientas, marcos y métodos para ayudarnos a dar y recibir retroalimentación de manera más efectiva.
Sin embargo, es igual de importante comprender lo que NO constituye un feedback para asegurar que nuestros esfuerzos educativos sean verdaderamente efectivos.
A continuación, exploraremos algunos conceptos erróneos comunes sobre el feedback y cómo evitarlos.
1. Críticas Destructivas
“Eso estuvo mal” o “No sabes lo que estás haciendo”, un buen feedback debe enfocarse en lo que puede mejorar y cómo hacerlo. Sargent, sugiere que la retroalimentación que amenaza la autoestima de un alumno, es mucho menos efectiva. Dos años después de que los médicos en ejercicio recibieran retroalimentación de diversas fuentes, se observó que aquellos que recibieron comentarios negativos que no coincidían con su autoevaluación experimentaron emociones fuertes y persistentes que les dificultó aceptar y poner en práctica la retroalimentación.
Señalar únicamente los errores sin proporcionar sugerencias constructivas para la mejora puede ser desmotivador y perjudicial.
2. Comentarios Vagos
Muchas veces el feedback que podemos dar no solo es vago, a veces puede ser neutral y limitado para considerarse útil.
“Buen trabajo” o “Necesitas mejorar” carece de la especificidad necesaria para que el estudiante comprenda qué hizo bien y qué aspectos necesita trabajar. Esto implica identificar áreas específicas de mejora, seguidas de un plan concreto y realizable para actuar en consecuencia.
Un feedback efectivo debe ser claro y específico, como “Tu técnica de intubación fue precisa, pero podrías mejorar la comunicación con el equipo durante el procedimiento.”
3. Evaluaciones Tardías
El feedback no debe ser tardío. Proporcionar comentarios semanas después de una simulación reduce su efectividad, ya que los detalles no estarán frescos en la mente del estudiante. El feedback oportuno, entregado inmediatamente después de la actividad, es crucial para reforzar el aprendizaje.
Por otra parte, la retroalimentación que reciben los estudiantes de medicina a menudo la consideran de baja calidad y poco informada. A veces, está basada en observaciones limitadas sobre cómo están haciendo las cosas. Por eso, algunos empiezan a no confiar mucho en el feedback y prefieren confiar en su propia evaluación.
4. Falta de Equilibrio
El feedback no es unilateral. Solo enfocarse en los aspectos negativos sin reconocer los logros y fortalezas del estudiante puede ser desalentador. Es importante mantener un equilibrio entre lo positivo y lo constructivo, para motivar y guiar al estudiante en su desarrollo.
La retroalimentación debe ser un diálogo de compromiso mutuo, no un sistema unidireccional en la entrega de información.
Un proceso de retroalimentación efectivo debe ser interactivo, invitando al estudiante a reflexionar sobre su desempeño y participar en la discusión. Preguntas como “¿Cómo te sentiste durante la simulación?” o “¿Qué crees que podrías haber hecho de manera diferente?” fomentan un diálogo constructivo.
5. Omisión de Seguimiento
El feedback no es una acción aislada. Dar retroalimentación una vez y luego no tener un plan de acción, con un seguimiento posterior es insuficiente. Es crucial que los instructores revisen el progreso de los estudiantes, proporcionando oportunidades para practicar y mejorar continuamente.
Invitar al estudiante a crear un plan de mejora en lugar de simplemente darle una lista de cosas por hacer ayuda a que el estudiante piense más en cómo mejorar. Al final de la reunión, resumir lo que se ha hablado, enfocándose en las fortalezas del estudiante y en el plan para mejorar lo que hace falta. Después, acordar una fecha para una próxima reunión donde puedan ver cómo ha avanzado y seguir trabajando juntos para alcanzar el objetivo deseado.
Conclusión: Claridad y Constructividad en el Feedback
Comprender lo que NO es feedback nos ayuda a refinar nuestras estrategias educativas y a proporcionar un apoyo más efectivo a nuestros estudiantes. En la educación basada en simulación para las ciencias de la salud, evitar críticas destructivas, comentarios vagos, evaluaciones tardías, falta de equilibrio, monólogos, falta de personalización y omisión de seguimiento es esencial para maximizar el impacto del feedback.
Al enfocarnos en ofrecer retroalimentación clara, específica, oportuna, equilibrada, interactiva y personalizada, podemos mejorar significativamente la calidad de la formación de los futuros profesionales de la salud. Invito a todos los educadores y líderes en este campo a reflexionar sobre sus prácticas de feedback y a considerar cómo pueden seguir perfeccionándolas para beneficiar a nuestros estudiantes y, en última instancia, a los pacientes que ellos cuidarán.
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